Comunidad de Qutapampa
Rodeada de montañas blancas, a 4450 de altura se encuentra la comunidad de Qutapampa
La población cuenta que desde hace mucho tiempo la principal ocupación en esta zona es la crianza de camélidos, específicamente de alpacas. Los abuelos y abuelas del lugar recuerdan que iniciaron a vivir en este lugar pocas familias y que todas se dedicaban al cuidado de estos animales, que eran útiles para la obtención de fibra y tejidos. Al mismo tiempo la alpaca ofrecía un producto único, el charque, obtenido de la deshidratación de la carne, que permite conservar este importante alimento entre las montañas de los Andes. Posteriormente a través del trueque estos bienes eran intercambiados con productos de otras comunidades.
Hoy en día la cría de alpacas sigue siendo fundamental para la comunidad, que se dedica a más actividades como la elaboración de lana hilada para la confección de artesanía local y de la vestimenta propia de los Kallawayas.
Esta comunidad se encuentra asociada al emprendimiento de turismo comunitario Pacha Trek, un emprendimiento conformado por los curanderos Kallawayas; además de dedicarse a otras actividades, los socios y socias ven en el turismo una oportunidad para diversificar los propios ingresos, que es útil también para valorizar aún más su cultura y su forma de vida, compartiendo con los visitantes el extraordinario legado heredado de los ancestros y los conocimientos de una sabiduría milenaria.
Comunidad de Chacarapi
Entre serranías húmedas y parajes encantados se encuentra Chacarapi, una comunidad dedicada a la agricultura y a la medicina natural
Los pobladores se han organizado para levantar un hospedaje asociado al emprendimiento turístico y al camino del Pacha Trek para recibir a los visitantes y compartir su cultura; a través de esta ruta turística se puede llegar a la comunidad, donde se encuentra el vivero de los Kallawayas, los curanderos errantes de la cordillera andina: aquí se cultivan y se cuidan diversas plantas medicinales que son utilizadas para la preparación de remedios tradicionales.
Los kallawayas nos cuentan que estos conocimientos médicos fueron adquiridos por sus antepasados, que viajaban por los diferentes ecosistemas de los territorios pertenecientes al antiguo imperio prehispánico para encontrar plantas medicinales y elaborar los mejores preparados naturales para combatir las enfermedades. El proceso para convertirse en un curandero es todavía hoy lento y laborioso e inicia desde la niñez con enseñanzas que se transmiten de padres a hijos. Las mujeres en cambio se especializan en la elaboración de las vestimentas para los rituales, que presentan en sus adornos diferentes animales o imágenes que simbolizan las distintas regiones, según indique el ritual; estas labores femeninas pasan de generación en generación y ya desde que son pequeñas las mujeres de la comunidad empiezan a elaborar este tipo de tejidos.