Encerrada en las formas de su simple arquitectura, esta iglesia aparece al viajero como una fortaleza de espiritualidad, protegida por un gigante, el Sajama, la cumbre más alta de Bolivia.
Las paredes cándidas y la techumbre oscura de esta humilde iglesia se confunden con los colores de la nieve y de la piedra de la enorme montaña que se levanta altiva a sus espaldas. Una de las imágenes más evocadoras del Parque Nacional Sajama.
La iglesia está situada en una posición escenográfica, a los pies del gran nevado Sajama. A diferencia de otras iglesias de la zona construidas en el siglo XVI, este santuario fue levantado en una fecha mucho más reciente, exactamente en 1872.
La iglesia está encajada dentro de un atrio rectangular, que presenta cuatro torres angulares que sirven como capillas, englobando además en uno de sus lados un tosco campanario. Los muros de este atrio, decorados con pequeñas aperturas, separan el templo de la población. Un arco permite ingresar en el sagrado y a través de un breve corredor adoquinado se llega a la iglesia, de formas muy sencillas, con grandes contrafuertes de adobe y piedra que permiten sostener la techumbre.
Un arco de medio punto sirve como ingreso al interior del templo: el blanco de las paredes genera una fuerte atmósfera espiritual y contribuye a una fácil lectura de las esenciales líneas arquitectónicas. El alzado, con forma de cruz latina aparece techado con una fantástica cubierta a dos aguas, realizada con troncos de queñua, unidos con tirantes de piel de camélidos y forrada con paja, concebida para resistir el peso de las fuertes nevadas de la zona.
Pocas decoraciones interrumpen el predomino del blanco: algunas pinturas murales son visibles en el arco toral y presentan elementos vegetales y zoomórficos, que rodean una imagen del Redentor. En el altar mayor hay un retablo en madera polícroma, decorado con motivos geométricos, animales y vegetales, que se prolongan pintados sobre las paredes laterales del presbiterio. Estas decoraciones presentan evidentes analogías con las pinturas de las antiquísimas chullpas, los enterramientos prehispánicos que se encuentran en la zona del Sajama, y demuestran la fuerza de la cultura ancestral de las antiguas civilizaciones indígenas, que ha impregnado el mundo colonial y perdura hasta hoy.
Un lugar apartado y remoto que reúne la solemne belleza del Sajama con la encantadora simplicidad de una pequeña iglesia rural. Ven a visitar este escenario único con nosotros.
Información adicional
Se recomienda el uso de un tipo de ropa abrigada y para condiciones climáticas ventosas, zapatos cómodos, saco de dormir, gorra, lentes para el sol y cámara fotográfica.
Períodos sugeridos
- Otoño
- Primavera
- Verano
- Fin de semana
Dónde
Comunidad de Tomarapi, municipio Curahuara de Carangas, departamento de La Paz.
Transporte
En transporte público
Con microbus desde la ciudad de La Paz hasta Patacamaya; una vez allí tomar un microbus hasta el Parque Nacional Sajama; desde este punto con transporte privado hasta Tomarapi.
En transporte privado
Desde La Paz tomar la Autovía 1 La Paz-Oruro hasta Patacamaya; una vez allí dirigirse por la carretera 4 Patacamaya-Tambo Quemado hasta el desvío al parque; se ingresa por la primera o segunda entrada al área protegida Sajama identificada con la señalización. Desde este punto se recorre un camino de tierra hasta llegar a Tomarapi.
Reglas de visita
Por tu salud y la salud de la población, recuerda cumplir con todos los protocolos y códigos de conducta de bioseguridad antes y durante tu estadía: llevar barbijos y desinfectante de manos, además de un botiquín de primeros auxilios, con protector solar y medicamentos para el mal de altura.
Durante tu visita recuerda proteger el patrimonio cultural y natural de la región.