Playas paradisiacas, comunidades ribereñas llenas de encanto y relieves montuosos con formas fantásticas son algunas de las imperdibles atracciones de un territorio lleno de leyendas.

Según cuenta una leyenda a Carabuco mucho tiempo antes de la conquista llegó un hombre que llevaba una cruz y que combatía contra la idolatría. Este personaje misterioso fue identificado por los evangelizadores españoles con san Bartolomé y la cruz aún se conserva en la iglesia de Carabuco, dedicada al apóstol, donde también se admiran cuatro pinturas barrocas que representan el Juicio Final, y en cuya parte inferior fue narrada, a modo de viñetas, esta leyenda. Pero en realidad el personaje protagonista que aparece representado en estas historias es identificable más que con san Bartolomé, con el dios prehispánico Tunupa, que según las creencias locales murió en el lago Titicaca y cuya vivencia, en un extraordinario ejemplo de sincretismo religioso popular, fue asociada por el pueblo a la figura del santo importado de Europa.