San Antonio de Lípez
San Antonio de Lípez es una comunidad rodeada de riqueza mineral y de grandes historias de mineros que se reflejan en las cercanas ruinas de San Antonio del Nuevo Mundo que un tiempo fue una ciudad próspera.
La minería ha sido a lo largo de la historia una base fundamental para el desarrollo de Bolivia y en los alrededores de San Antonio de Lípez aún se conservan vestigios de asentamientos mineros que se remontan a la época colonial. Muchos son los relatos de los lugareños que han sobrevivido al tiempo, historias en las que aún vive el fantasma de la codicia por la plata y también el trágico recuerdo de la violencia ejercida para dominar los espíritus de los hombres; todo ello en un ambiente hostil, golpeado por el clima seco y frígido propio del altiplano.
En este escenario, la vida del minero ha sido complicada: la extracción de plata pasaba por un proceso tedioso y artesanal para su separación del mercurio, que comportaba largas jornadas de trabajo. Esto llevó a trasladar los hogares al lugar de trabajo, y supuso el desarrollo de un asentamiento urbano, San Antonio del Nuevo Mundo, que hoy en día es un pueblo fantasma en ruinas y el principal atractivo de la zona.
Los actuales pobladores de San Antonio de Lípez y los miembros de la asociación turística se benefician del dinero percibido de los tickets a San Antonio de Nuevo Mundo y se organizan de manera rotativa para que todos los socios puedan contar con los ingresos económicos, que genera el emprendimiento turístico solidario comunitario. Además muchos de ellos continúan dedicándose a las actividades tradicionales de la agricultura como la siembra de quinua real.